Parmigiano Reggiano: queso italiano de consistencia dura, madura y grasa. El parmesano se usa rallado o gratinado.
Provolone: queso semi-duro con un sabor que varía mucho desde el Provolone Piccante, curado un mínimo de 4 meses (pudiendo llegar a un año) y caracterizado por tener un sabor muy fuerte, hasta el Provolone Dolce, con un sabor muy suave.
Queso Mozzarella: queso fibroso y graso es utilizado tanto en fresco como tierno, pudiendo ser degustado al natural o fundido. Su uso mayoritario, y el que le ha dado fama, es para la fabricación de pizzas. Muy utilizado también en ensaladas, cuando está fresco.
Queso Edam: Se caracteriza por ser un queso con un aroma muy delicado a mantequilla, con toques especiados de nuez moscada, mientras que su sabor es suave y ligeramente salado.
Queso Gouda: queso de leche de vaca pasteurizada que sobresale por su color amarillento. Presenta una textura dura y es característico por su forma redondeada. Además, durante el proceso de elaboración se impregna en salmuera, lo que enriquece el sabor de la corteza y lo dota de un mayor aroma.
Queso Cheddar: textura cremosa y un sabor dulce, se elabora de forma industrial y se envasa al vacío. Para los intolerantes a la lactosa, tenemos el Zero Lacto con la marca Anchor.
